Superstición
incauta:
la
carta jugada en una partida.
Ahora
o antes, los días son como estrofas malditas de una canción,
te
abraza un deshielo en una escafandra de narcóticos
y las
luces titilan en el corredor mojado con cal.
Entonces,
se abre un oscuro presagio.
De
noche aparece el mendigo único del mundo,
absorto
por los desmanes y manjares ajenos al progreso.
Abro
la boca y sale un clavel.
No es
demasiado tentáculo la despedida de este antro,
es un
compendio de atlas,
una
persecución de gemas violentas en los montículos sordos.
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