jueves, 16 de junio de 2016

Cuadernos

Hoy
   
Todavía no se sabe nada de Carlos Gastaldi. Las historias e hipótesis sobre su desaparición no son verosímiles. Algunos integrantes de Organismos de Derechos Humanos, investigadores y periodistas dicen que se encontraron restos del Doctor en la composición del combustible que alimentaba el generador central de la nave, pero el Gobierno Nacional, cuando se lo interrogó sobre el hecho, dijo que era una probabilidad muy ínfima, ya que el combustible había sido consumido por completo en el generador y las pruebas fueron tomadas del sarro que se formó en sus paredes; con lo cual, era casi imposible que se pudiera encontrar algo de Gastaldi en esas muestras. Sí, era cierto, que se habían encontrado restos orgánicos en el sarro, pero estaban lejos de comprobar que se tratara de ADN humano. Parte de la opinión pública (me incluyo) todavía quiere saber la verdad.
 Desde hace algún tiempo, es vox populi que la Sojisticus AR-1 (mejor dicho, lo que quedó de ella, con toda la evidencia que contenía) fue enviada al Área 51. Dos días después del aterrizaje, el Estado argentino firmó un Decreto de necesidad y urgencia por el cual autorizaba a la INCOC a trasladar la nave, los trajes de los astronautas y todos los objetos que habían estado afectados a la misión —incluyendo el supuesto diario de Gastaldi y los potes de dulce de leche con el oro y la plata—, a los Estados Unidos (sin aclarar, hasta el día de la fecha, su paradero específico). ¿Qué hallaron en la nave que fue tan urgente su traslado? ¿Qué hay de verdad en los testimonios de Correa y Gómez Herrera? ¿Por qué nunca se publicaron los resultados de los estudios científicos realizados a la nave?
Respecto al tan ansiado veredicto —que se demoró más de un año en llegar—, el Tribunal absolvió, de culpa y cargo, al Teniente Correa y al Brigadier Gómez Herrera por falta de pruebas.
Correa se internó —según afirmaron él y algunos integrantes de su familia en varios Medios— por su propia voluntad, inmediatamente después del Juicio, en un reconocido neuropsiquiátrico de la Ciudad de Buenos Aires durante unos meses; dijo que tenía necesidad de descansar y aclarar algunas ideas. Aunque varias fuentes creen que lo hizo por presión del Tribunal y de la cúpula de la Fuerza Aérea, ya que había dicho cosas que involucraban los intereses del Gobierno Nacional y sobre todo de la INCOC. Ahora vive en una chacra que compró, con el dinero que cobró por la misión al espacio, cerca de la casa de sus padres en Santa Rita.   
Todo indica —porque no se ha dicho lo contrario y además la publicación de las Crónicas de Gándara en el Boletín Oficial parecen asegurarlo— que el Tribunal aceptó la versión que refirió el Brigadier Gómez Herrera: Gastaldi desapareció de la Sojisticus AR-1, pero se encuentra, sano y salvo, en otro tiempo y espacio.
El paradero y la suerte del Brigadier Gómez Herrera son confusos. Una vez que terminó el Juicio, sin esperar los resultados del fallo y sin que nadie se lo impidiera, tomó un vuelo a Los Ángeles. Hoy en día, se sospecha que todavía se encuentra en los Estados Unidos de Norteamérica; quizás en el Área 51, donde aparentemente trabaja con un grupo de científicos y profesionales de la INCOC en un proyecto clasificado que se conoce vulgarmente con el nombre de “I'll be back, Gándara”. Otros creemos que murió en un extraño episodio, cuando un grupo comando intentó secuestrarlo en el centro porteño. Todo lo demás sigue siendo un misterio.
Los abogados que representan a la esposa del Dr. Carlos Gastaldi han presentado el caso al Tribunal Internacional de Justicia y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (aunque aclararon que desconfiaban, sobre todo de la última, ya que no sería la primera vez que estos tribunales de la ex OEA ocultan información para beneficiar los intereses de Washington). Según anunciaron en la última conferencia de prensa, se sienten optimistas, con chances de poder comprobar que Gastaldi fue asesinado por un funcionario del Estado.
He iniciado una investigación, idea que surgió desde que me convocaron para cubrir el Juicio; o quizás un poco antes, cuando me enteré de que había aterrizado la Sojisticus AR-1 en el río Paraná. Aunque, con casi dos años de arduas indagaciones (que incluyen documentos de todo tipo: escritos, fotografías, videos, entrevistas, artículos periodísticos, etc.), todavía sigo sin poder escribir una sola hipótesis firme y algunas conclusiones sobre el caso. Hago esta tarea porque parte de la opinión pública todavía queremos saber la verdad.
Las referencias al caso inundan las calles. La semana pasada leí un graffiti que decía: “Se ha despertado lo que estaba desde hacía mucho tiempo dormido, un sentimiento revolucionario: ¿Dónde está el Dr. Carlos Gastaldi?”. Al lado de la frase habían grabado un esténcil muy bueno. Se trataba de la imagen de un ser extraño que vestía un traje espacial y un poncho y, aunque tenía rasgos antropomorfos, era una mezcla desopilante de mamboretá con mono.     
 
“…Te encontré por azar una tarde
en un pasaje ensoñado
 ese que se llama La Nave.

Me estabas esperando
para que yo te dijera: 
Hay que devolverle…
los Muertos a la Tierra.

Para que yo te dijera: 
Hay que devolverle…
los Muertos a la Tierra…”


Dice la letra de una canción de Rebelión que se escucha, últimamente y con asiduidad, en algunas radios. Se llama: “¿Qué te hemos hecho, Pacha Mama?”. El cuarteto estuvo la semana pasada en un programa de televisión donde tocaron unos temas de su nuevo disco y hablaron sobre las canciones. “¿Qué te hemos hecho, Pacha Mama? es el corte de difusión y está dedicado al extraño caso del desaparecido Dr. Gastaldi”, dijo el cantante, Toni Roberts, cuando les preguntaron qué había inspirado la letra. Después y con cierta obviedad, el conductor les preguntó por qué, si estaba dedicada a Gastaldi, se llamaba así. A lo que el guitarrista —creo que se llama Vito Manccini— respondió inteligente: “El título surgió porque respetamos los Derechos Humanos y sabemos que se cometió un crimen; pero también, no queríamos dejar de ser críticos con la actividad que desarrollaba el Dr. Gastaldi para beneficiar los intereses de la INCOC y del Estado Argentino. ¿No te parece que es una locura llevar tanto alimento a una misión espacial en Marte, mientras acá en la Tierra, millones de personas se cagan de hambre?”. El conductor se encogió de hombros como un pelotudo y anunció que comenzaban los comerciales.

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