domingo, 22 de febrero de 2009

XXXIV

El ciprés con sus frutos maduros
aguarda en la no-acción
el fortalecimiento de su corteza

Lo que no se ve
no quiere decir que no suceda

Sentir el aroma (del ciprés)
que nos trae el viento
es sostener la seguridad
de que lo externo
es ajeno a nuestra voluntad