viernes, 17 de julio de 2009

XV

Voz muerta,
que nombra el verbo:
cruzar perros con caballos.

Lánguida herida manufacturada con estambre,
agujas breves,
monosilábicas.

Se yergue un palo,
corre después la ira,
muere en silencio el peso del sonido.

Hueco de vida,
carta ancestral en tinieblas,
tenue lugar del día.

Pozo sin fin,
la hora exacta.

3 comentarios:

ariel tenorio dijo...

me gusta lo de cruzar perros con caballos, interesante.
saludos teno

Hernán Tenorio dijo...

¡Es biogenética o una aberración lingüística!

Gracias por el comentario

JMG dijo...

Hola, gracias por comunicarte conmigo, me alegra te hayan gustado mis poemas. Están muy interesantes tus poemas Hernán, llenos de finales repentinos (y no sólo al final). Saludos!