miércoles, 4 de mayo de 2011

Epopeya (tercera parte)

III

Cuando llegamos, todos estaban esperándonos, sentados alrededor del Gran Árbol. La vieja Terruña había recibido un mensaje telepático de Naciente Sol, que le advertía las novedades que traíamos; entonces reunió con presura, a todos los integrantes del clan y a otros de tribus vecinas, que iban llegando de a poco. La burbuja comprendió que debíamos bajar, fue descendiendo paulatinamente hasta llegar cerca del suelo; cuando nos encontrábamos a escasos metros, se desfondó, pero a pesar de nuestro temor, caímos leves como plumas en el vacío; Ferralia y yo no nos separamos hasta aterrizar, sanos y salvos, en un colchón de hojas que el viento acomodó sobre la hierba húmeda. Flotamos unidos, ligeros, libres. La brisa nos atravesaba, como si sólo fuéramos aire o agua condensada en una nube, tiempo o simplemente una idea, un libre discurrir en silencio y armonía, una sinfonía ejecutada por violines inconscientes, similar a una orquesta obsesiva de grillos. Era placentero (luego de la experiencia, hablamos largo y tendido —y en más de una oportunidad— con Ferralia, del vuelo y del aterrizaje, de todo lo sucedido ese día; todas las noches antes de irnos a dormir, hacemos un repaso de lo acontecido). Una vez que nos recompusimos, vimos a Terruña y a los jefes de las otras tribus (por primera vez, en ese preciso instante, cuando abrí los ojos después del onírico aterrizaje, entendí, lo que muchas veces había meditado, que la vieja Terruña era la voz indiscutible del pueblo), sentados en ronda a nuestro alrededor. Debatían los pasos a seguir pero, sobre todas las cosas, querían escuchar con atención lo que teníamos para decirles. Todos los jefes, además de Terruña, habían recibido el mensaje telepático de Naciente Sol, por eso los belunianos habían detenido el ataque a la burbuja cuando apareció Montículo Tom. Entre los jefes, también reconocí el brillo de la sonrisa de Bom Marley y a sus espaldas la de todos sus compañeros; según Bom Marley, Naciente Sol los había abducido con un rayo de su bastón y luego los condujo, cuidadosamente, hasta el Gran Árbol. A partir de entonces, los marleyninos (todos se apellidaban Marley, porque ése era el nombre de su tierra) se convirtieron en nuestros hermanos. A la derecha, pude ver a Qué bien, los mellizos Moro Mortal, Toti Gol, Tenga Suerte, Pibe Bien, Gran Vago, Vestal Lluviosa y otros batiendo armas; por primera vez vi en sus miradas sed de guerrear. Se hizo un silencio, Ferralia y yo nos miramos fijamente, ninguno de los dos nos animábamos a narrar los hechos. «Primero vimos cómo las Putitas del Poder realizaban un ritual extraño: se frotaban el cuerpo con una esponja para obtener un fluido gelatinoso de sus cuerpos, que luego utilizaban para lubricar las articulaciones de los Maikel’s…», dijo Ferralia con voz segura, yo la miraba asombrado y asentía con la cabeza cada palabra que ella emitía. «Después, Rosillo Viajero se turbó por el espectáculo que comenzó Donna Dina con Angie Star», me señaló cuando pronunció mi nombre. Todos escuchábamos atentos su historia. «Ellas gemían y gritaban, se manoseaban obscenas y se contorsionaban, enroscándose en el suelo como serpientes que luchan. Me preocupé por su estado y le pregunté si se encontraba bien. Entonces sucedió, a Rosillo le brotaron unas lágrimas blancas que le cubrieron todo el cuerpo; juntos recordamos la profecía y conjeturamos lo que vendría luego. Una vez que las Putitas terminaron lo suyo, apareció Miss Castañon y escuchamos con claridad, de su propia boca, que sin sus fluidos los Maikel’s no sirven para nada. Por último, las lágrimas de Rosillo Viajero se convirtieron en la burbuja que nos condujo hasta aquí». Todos quedaron inmóviles, se hizo un silencio largo; ni siquiera los marleyninos tenían esta información. En ese momento, me pareció muy bien —seguramente porque me hubiera dado mucha vergüenza— que Ferralia no mencionara nada sobre el viaje en la burbuja; no hacían falta los detalles, ya que no hubieran logrado describir, atinadamente, lo que nos sucedió allá arriba.

Todos se prepararon para un ataque sorpresa, se avecinaba la noche, el escenario propicio para ejecutar el ataque. El plan consistía en caer a media noche y de sorpresa, en el campamento de los Colonos Extranjeros para secuestrar, o en su defecto matar, a todas las Putitas del Poder, para que no pudieran lubricar a lo Maikel’s por la madrugada, cuando Ferralia y yo vimos que lo hacían.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Meu amigo Hernán,
Que coisa boa ter pessoas como você seguindo meu trabalho,só agradeço todos os dias por essas pessoa iluminadas e de alma tão grande.
Tão grande que conseguem transparecer nos seus próprios trabalhos literários e você é com certeza uma dessas almas iluminadas.
Muita Luz e sucesso sempre.

Beijo no coração.

Alessandro

Hernán Tenorio dijo...

Alessandro: gracias por tus palabras y por seguir mi blog.

Un abrazo!!!!!!!!!!!

ariel tenorio dijo...

quiero mi burbuja flayera viajera!

Hernán Tenorio dijo...

Ya la tenés Ari!!!!!!!!!!

ariel tenorio dijo...

wiiiiiiiiii a volar!