jueves, 26 de julio de 2012

IV


No hubo sentencias
nadie sentenció nada
ni siquiera
con un gesto 
con un escalofrío en la piel
una deformidad obscena
ajena a todo lo demás

No existía ninguna coartada
nadie podía decir:
                             “¡Yo lo vi!”

El pliegue no retumbó en los abrazos
en las sonrisas que se lanzaban unos a otros
y la célula seguía su recorrido de germen
de pequeño crimen o de gran...
                                                 ¡mentira!

No existía ninguna coartada
nadie podía decir:
                             “¡Yo lo vi!”

Lo cierto ya no era tan seguro
la inocencia que reclama el acto
del encuentro ingenuo con la cosa
había perdido la intención que surge con la sorpresa

Ahora pululaba una pregunta
en el aire enrarecido
la incógnita a resolver
 
 Pero... no existía ninguna coartada
nadie podía decir:
                             “¡Yo lo vi!”

1 comentario:

Anónimo dijo...

En el caso Marita Veron...hubo quien lo vio ....pero no ...Eran palabras de una casta que la justicia no considera!!!!!

Sonia S