Me
digo mío/me hablo turbulento
y
escojo al cojo,
su
especie,
la
clase de palabras,
sustituidos
caireles,
peines
sin dientes
y
nucas vacías.
Habla
niña,
sos
mi sustento y armonía,
mi
viento dulce
y de
agonías mi suelo.
No
destruyas la fantástica escena
y los
ojos de nieve.
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