Ahora mi tiempo, necio.
Ojo de araña, 
olfato de abeja.
Rosa es finge, lengua
madre. 
Espejo de la vida, 
anfibia fibra después de
un núcleo
(sustantivo o muerto),
los peces se ahogan en
Manhattan, 
las ranas, pocas
por ahora,
croan y no paran de
croar: “Bla bla bla…”   
Mi espíritu, a salvo, 
ha atravesado el espejo,
se cuecen habas en la
cocina 
y hay alondras por el
parque.
Una canción,
sus estrofas malditas
intentan disuadirme, 
son su canto de nereidas
edades de piedra,
son ruidos, 
nerviosas interferencias,
el paulatino
(inter)cambio.  
2 comentarios:
Muy bueno fer
Gracias por comentar!!!
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