viernes, 16 de febrero de 2018

Fatales venenos


Detrás del viento
 tus ojos,
estercolero de dioses hacinados,
que fueron asesinados por esponjas de bromuro.

Y llego al fin a un sin número de herrumbres,
colapso de calipsos,
feldespato arrojado al fuego
se funde en tus pestañas
y así vivo,
como un endemoniado,
como el silencioso príncipe de largas soledades,
como el grave tumulto de los días y las horas veraniegas en invierno.

Pierdo en vos las cúspides calcídicas,
los fatales venenos sudorosos,
en abiertas venas de energía
las noches se entumecen
afiebradas
por mil dunas de un desierto
y la penumbra.    

No hay comentarios: