Es
tormenta el cielo digerido
y los
ampulosos tentáculos,
carpetas
de felpa,
falopa
fratricida.
Yo
que oí:
─La
muerte es cosa de otros.
Yo
que oí:
─La
suerte viene y va.
¿Será
que el sol o empieza en la vereda desdichada?
Gusano
alado, bebé ya la sangre del abuelo
y los
rincones abonados/abandonados.
2 comentarios:
Esta semana me nutrí de muchos escritores como vos, comprometidos...
Como siempre entre letras veo al pueblo, que sufre...muy bueno
Gracias, Sonia, por tus palabras!!!
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